viernes, 8 de enero de 2010

A toda despedida de Cusi Cusi en el Valle de la Luna Jujeño.

Salimos de Cusi Cusi luego de llenarnos de provisiones para el largo viaje que tendríamos en el día.
Tal como teníamos previsto en el plan de viaje saldríamos de Cusi Cusi para tomar la Ruta Nacional 40 hasta Nuevo Pirquitas o bien continuar hasta Coranzulí si la luz del día nos lo permitía.
Apenas salimos de Cusi Cusi nos encontramos con un camino alternativo por el que no anduvimos y que conduce hasta el pueblo de Loma Blanca. En la foto que tomó Chugo puede apreciarse dicho camino.


Luego de ello, cruzamos una vez más el Río Granadas y nos dirigimos finalmente hasta el Valle de la Luna Jujeño para disfrutar en nuestra despedida de Cusi Cusi con un paisaje a todo color.


El Renault 12 se dispone a cruzar el Río Granadas que apenas es un charco en aquella época en que viajamos (Octubre) (Foto gentileza de Chugo).

Ascendiendo por el camino vemos a lo lejos el cruce del Río Granadas (Foto gentileza de Chugo).

Y ahora con Uds. les presento a esta maravilla de Nuestra Argentina.



Llegamos al mirador del Valle de La Luna bajo un cielo absolutamente azul y un sol radiante. Mientras Chugo y yo contemplábamos la belleza del lugar desde el mirador, Juan se fue hasta lo más alto de las montañas. Eso tentó de inmediato a Deborah quien enseguida se prendió a subirse hasta allí. Luego también fui a hacer de las mías!!!.

En la foto se lo puede ver a Juan arriba de todo.

Chugo y yo nos entreteníamos tomando fotografías del Valle desde todos los ángulos posibles. Aquí algunas de ellas.


¿Paradísiaco no?


De pronto vemos que Deborah está abajo en pleno valle. Enseguida con Juan nos vimos tentados a bajar y eso fue lo que hicimos. Primero bajé yo, y luego de algunas dudas que le generaban su vuelta, bajó Juan.


Y al bajar nos encontramos con estas maravillosas imágenes...



También en este lugar ha quedado un hermoso regalo que Deborah le ha dedicado a Chugo (Foto Gentileza de Chugo).

Mientras tanto Chugo... ¿Chugo dónde estás?

Así era como veíamos a nuestro amigo Chugo desde abajo en pleno valle.
Luego de estar cerca de una hora allí y de habernos llenado la vista con estos paisajes que llevaremos para siempre en nuestros corazones, emprendimos nuestro viaje definitivo por la Ruta Nacional 40.

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