martes, 1 de diciembre de 2009

Hacia Salinas Grandes.

Una vez que abandonamos la zona de Altos del Morado teníamos por delante el maravilloso paisaje de la bajada de la Cuesta de Lipán.

La vista del paisaje una vez pasado los Altos del Morado.

A nuestro costado podía divisarse claramente el Nevado del Chañi, el cerro más alto de la Provincia Jujuy, el cual no se encontraba nevado en su cumbre. Como daba mucho sol de frente fue imposible tomar fotos en esta instancia pero lo encontraríamos nuevamente más adelante en el cruce con la Ruta Provincial 79.
En el horizonte, hacia el oeste, podía divisarse claramente la inmensidad del mar blanco de sal, que bajo un cielo absolutamente azul engrandecía aún más el paisaje. Rojo, azul, ocre y blanco dominaban la vista desde allí.



A poco de andar por esta zona aparece ante nosotros el paraje de Casa Quemada y luego la formación de la tortuga.
Junto a ello una bajada que parece interminable, nada más alejado de ello.
En efecto, una de las curiosidades que te depara la Puna es lo engañosa que son las distancias, sólo la grandiosidad del paisaje y la Puna lo pueden hacer posible.

Cartel de la Ruta Nacional 52.

Una vez que bajamos por la ruta, nos esperaba una extensa altiplanicie a 3350 metros sobre el nivel del mar y una larga recta que nos conduce finalmente hacia nuestro próximo destino: Las Salinas Grandes.
Pasamos del rojizo paisaje de las montañas de los Altos del Morado a una zona en donde los tonos ocres y marrones comienzan a prevalecer entre tolas y añaguas, siempre bajo el imponente marco de un cielo azul profundo.
Ya antes de arribar a las Salinas Grandes pasamos rápidamente por el pueblito de Saladillo. Allí recordé la experiencia que Roslie había tenido camino a Susques en el 2005 cuando dialogó con una señora oriunda del pueblo que se llamaba Florinda y que le contaba que nadie paraba allí porque era un pueblo triste, que el doctor iba una vez al mes y que pocas eran las veces que iba un sacerdote a dar misa.
Pareciera que poco ha cambiado desde aquel entonces.
Algo de ello estuve hablando con Juan, aunque debo confesar que gran parte de ese recuerdo lo guardé intimamente en mi pensamiento.
Poco minutos después paramos en la intersección de la Ruta Nacional 52 con la Ruta Provincial 79 (ex-traza de la Ruta Nacional 40) para tomar algunas fotos.

Intersección de las Rutas Nacional 52 y Provincial 79 (Jujuy).


Allí la nueva cartelería se confunde con la antigua, pero prevalece la primera en donde indica claramente que se trata de la Ruta Provincial 79 que te conduce directa o indirectamente a El Colorado, Quebraleña, Abralaite y Abra Pampa (al norte) y a Tres Morros, El Moreno, Límite con Salta y San Antonio de los Cobres (al sur).

Chugo, Juan y Deborah junto al tractor.

Paramos también para aprovechar y examinar un poco el Renault 12 quien extrañamente, a decir de Chugo, "se estaba comportando mal". Fueron tan solo 5-10 minutos, luego seguimos viaje.

El Chañi asoma como un coloso en el medio de la altiplanicie.

También desde allí pudimos verlo más claramente al Nevado del Chañi, ese magnífico gigante jujeño, para luego continuar camino a las Salinas Grandes.


Al llegar a las Salinas (12:15 horas) el marco imponente del paisaje se asemeja a una inmensa Bandera Nacional. El cielo azul celeste y el manto blanco de la sal.

La Eco y el Renolito, verdaderos protagonistas de la Transpuna en las Salinas Grandes.

Por ese entonces recordé que tenía en el bolso la bandera, razón por la cual la saqué a relucir en ese maravilloso rincón de la Provincia de Jujuy.


Fue así como la bandera posó por primera vez para las cámaras.
Entre fotografía y fotografía nos acercamos a las piletas del salar con Deborah y Juan, mientras tanto Chugo se acercaría luego y seguiría tomando fotos.
En las piletas del salar intentamos extraer un cristal de sal cuando uno de los trabajadores nos llamó la atención advirtiéndonos de su prohibición. Rápidamente nos disculpamos y entendimos las razones sin que él las explicara. Ellos además de trabajar la sal y elaborar la misma para que llegue a nuestras mesas hacían sus artesanías con este producto.

Los trabajadores de la sal están expuestos a condiciones laborales muy precarias en un ambiente con una muy alta radiación de rayos ultra violeta, un fuerte resplandor de la sal, vientos muy fuertes, fatiga y cansancio por la altura  y extensas jornadas. Ellos conforman una cooperativa y producen la sal marca Puna.

Luego de ello y pidiéndole disculpas por la interrupción en sus labores le pregunto a esta misma persona si ellos formaban parte de la cooperativa que elaboraba la sal marca Puna a lo que me contestó asintiendo con su cabeza, mientras sin pausa seguía paleando en la pileta. Le comenté entonces que una revista especializada en turismo de la Ciudad de Buenos Aires (Lugares Nº 132) les había publicado una nota. Así fue como este señor hizo una breve pausa y me contó brevemente sobre lo duro que es el trabajo.
Sin dudas es un trabajo que a priori presenta una dura lucha contra la radiación solar a la que combate con su sombrero, el reflejo de la sal que combate con lentes absolutamente oscuros, la altura que combate con hojas de coca, el viento de la Puna que combate con alguna ropa que le tapa casi todo el rostro y la fatiga de una segura extensa jornada laboral.

Piletas de las Salinas Grandes.

Luego de hablar con el trabajador de la sal nos acercamos a las artesanías. Allí en varias ocasiones - algunas infructuosas - intenté sacarle fotos a una Bandera Nacional que flameaba cuando quería hasta que finalmente pude.


Los artesanos que estaban atrás seguramente gozando que ese turista rubión y vestido con remera roja y pantalón azul "no daba pie con bola" con esa famosa bandera.
En eso se acerca también Chugo y recuerda una anécdota con el Renault 12 cuando lo tuvieron que sacar de allí esos mismos trabajadores. Primero no recordaban bien hasta que uno de ellos se acordó perfectamente ya que era él quien los había ayudado junto a otras personas.
Luego de ello nos retiramos para tomar las últimas fotos, comer algo ya que eran las 12:50 y seguir por la Ruta Nacional 52 hasta su intersección con la Ruta Provincial 75 que nos llevaría a Abdón Castro Tolay (Barrancas).

Juan, Chugo y yo en las Salinas Grandes (Foto Gentileza de Chugo).

Lo que sigue es parte de una nueva historia. Será hasta la próxima.

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1 comentario:

Fede Ochoa dijo...

Me podras indicar más o menos en que KM de la Ruta 52 se encuentran las piletas? Hay algun parador cerca?