jueves, 31 de diciembre de 2009

A San Juan de Oro.

De Ciénega salimos nuevamente por la mítica Ruta Nacional 40 con el objetivo de alcanzar San Juan de Oro.
San Juan de Oro es una pequeña localidad casi despoblada que es atravesada por la Ruta Nacional 40 en donde se destaca su capilla, hoy abandonada.
Allí en el medio del silencio de la Puna, el rugido de los motores del tractor y de la Ecosport dejaron su huella y nosotros uno de los más gratos recuerdos de la travesía.
En esta entrada les contamos como fue nuestra experiencia allí.



Transitamos por la Ruta Nacional 40 y llegamos a San Juan de Oro a las 15:30 horas. Lo primero que se puede apreciar es la construcción principal del pueblo que es su capilla que pese al abandono evidente de la misma se la ve muy sólida. Alrededor de ella hay un grupo de casas algunas derruídas y otras que mantienen indicios innegables de que allí vive alguien.




Todo era silencio y quietud, aparentemente nos encontramos frente a un pueblo fantasma, pero no. El Charque secándose a los impiadosos rayos ultravioletas del sol puneño y la cocina solar son evidentes muestras de la existencia de habitantes.
Sin ir muy lejos, en el río Granadas observo la presencia de una señora lavando ropa en el río.
Junto a nosotros vemos que hay una persona esperando bajo la sombra de una pared de una casa derruída. Se trataba de la señora que nos pedía alcanzar el coche en Ciénega. Allí esperaba pacientemente el paso del colectivo Andes Bus.
Nuestro paseo por este minúsculo pueblo de la Puna siempre giró en torno a su construcción principal, la iglesia, razón por la cual una gran cantidad de fotos son de esta.







Mi exploración por la iglesia me lleva a un pequeño hueco en donde puedo fotografiar el interior de la misma. Este descubrimiento mío fue mejorado por parte de Chugo quien la ha filmado.



Luego de ello seguí caminando, encontrando en la parte trasera de la iglesia un grupo de casas en paja y adobe que evidenciaban la presencia de personas.







Luego de estar paseando por este grupo de casitas voy al reencuentro con Chugo y con Juan quienes estaban merodeando por la zona de la iglesia.
Deborah era todo una incognita...¿dónde se había metido Deborah?



Como bien dice Chugo, Deborah sigue sorprendiéndole 20 años después de casados!!! Grande Flaca!!!

Después de ello, Juan se pone a explorar como es que llegó hasta alli la flaca y le pide la cámara a Chugo para alcanzarsela a Deborah. Y Deborah toma estas fotos hermosas desde lo alto de la iglesia.

Fotos de Deborah desde lo alto de la iglesia.




Esta grata sorpresa que nos dejó Deborah se completaría con la locura de Juan quien se trepó al techo de la Iglesia. Es que a Juan, según el, "le queda poco tiempo"....este Juan, que loco!!!



Acto seguido debo confesar que me ví tentado de subir, pero en honor a la verdad la escalera era muy angosta, con importantes desniveles y sin seguridad alguna, por lo cual al subir se me vino la imagen mía cayendo por la escalera, con una pierna rota y arruinando la travesía. Esa imaginación fue suficiente como para que abandone de inmediato la idea de subir hasta allí.
Unos minutos antes de las 16:00 horas vemos que un colectivo del Andes Bus viene levantando polvareda por la Ruta Nacional 40. La gente que esperaba el micro se levanta rapidamente y se acerca al cruce de caminos. Al llegar a dicho cruce, el micro se detiene y Chugo va en búsqueda del mismo y descubre que su conductor es el mismo muchacho que lo habían llevado en enero pasado. Así fue que saludo va, saludo viene tuvo su pequeña sorpresa de reencontrarse con este señor y de rememorar un muy lindo recuerdo.



Juan venía preguntando como era el camino hacia San Juan y Oros ya que su intensión era si se podía conocerlo lo intentaríamos, pero antes de ello iríamos hacia Misa Rumi internándonos 5 Km. por la Ruta Provincial 7.
Desde lejos, por la Ruta Provincial 7, puede apreciarse un maravilloso paisaje de San Juan de Oro que quiero dejarles como última imagen despidiendo así el 2009 y deseando a todos nuestros lectores un muy feliz año nuevo.



Muchas felicidades!!!
Axel.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Hasta la frontera con Bolivia.

Cuando uno lee hasta la frontera con Bolivia enseguida viene a la mente tres pasos fronterizos habilitados que son La Quiaca - Villazón,  Salvador Mazza-Pocitos - Yacuiba, y Aguas Blancas - Bermejo. Sin embargo, nuestra frontera con Bolivia está surcada por una importante cantidad de pasos fronterizos "no habilitados", antiguos caminos que unen a pueblos de uno y otro lado hermanados en la raza y en muchos casos hasta en el parentesco. Ciudadanos de uno y otro país van y vienen constantemente. Argentinos de un lado y Bolivianos del otro van y vienen constantemente formando esto parte de su dura cotidianeidad en el medio de esos desolados pero maravillosos paisajes.
Uno de esos pasos "no habilitados" se encuentra al Noroeste de la Provincia de Jujuy y unen los pueblos de Ciénaga (del lado Argentino) y Río Mojón (del lado Boliviano).


En esta entrada les presentamos nuestra experiencia por dicho paso y nuestra llegada a la frontera con nuestro querido vecino país.
Luego de charlar por espacio de unos minutos con un señor en Ciénega, nos dirigimos por el camino que nos lleva hacia el Paso Internacional Ciénega - Río Mojón, ubicado en el Hito II - 13.


El camino se presentaba realmente en muy buen estado y fue abierto hace años atrás por los mismos pobladores de uno y otro lado de la frontera como parte de su necesidad de mantenerse comunicados a través de un camino. Con el tiempo y el mejoramiento de este vinieron las demandas por parte de los pobladores y la formación de una comisión Procorredor minero Paso Internacional Ciénega - Río Mojón. Dicha demanda fue tomada como parte de una agenda común entre los gobiernos de uno y otro país pero al parecer todavía no han habido avances en esta materia.
Nos separan de Ciénega 4.6 Km. hasta la frontera con Bolivia según la hoja de ruta que Chugo había preparado con suma profesionalidad en base a mapas satelitales y el soft Viajeros Mapas y Map Source.
El camino es lo suficientemente ancho como para el paso de dos vehículos y discurre entre coloridos cerros  manchados con la típica vegetación puneña.


Pronto nos metemos en una zona un poco más angosta  en donde nos acompaña el lecho seco de un río. Las montañas adquieren en este paisaje un colorido aún más asombroso y sus formas moldeadas durante millones de años son aún más atrayentes.
El camino es de subida y nos encontraríamos allí con una señora que cargaba dos canastas en sus manos y una bolsa a sus espaldas. Iba desde Ciénega hasta Río Mojón y la pasaríamos con los autos, pero en nuestro lento andar atraídos por esos paisajes, nos volvería a pasar a la altura del abra que hay previo a la frontera para ya perderse en la inmensidad del paisaje.

En la ruta nos encontramos con esta mujer que iba en dirección a Bolivia (Foto gentileza de Chugo).

Al llegar a esta zona nos encontramos con este paisaje deslumbrante. Estuvimos allí por un largo rato tomando fotos y filmando a todas las direcciones posibles y a todas las montañas que a uno y otro lado teníamos.

Galería de fotos de Chugo.






Galería de fotos de Axel.







Mientras tanto también nos preocupaba como seguía el camino ya que veíamos en el mismo alguna dificultad. Habíamos llegado casi a la frontera con Bolivia pero nos faltaba todavía un tramo en bajada que realmente se veía bastante empinado. Por esta razón Chugo no se animaba con el Renault 12, pero finalmente convenimos que debíamos llegar como sea, razón por la cual los V4 nos subimos a la Ecosport de Juan y seguimos camino con ella hasta el límite.
Finalmente el camino no era tanto como parecía así que en rigor a la verdad el tractor tranquilamente podría haber llegado hasta allí.
Una vez llegados al límite nos tomamos las fotos  de rigor en todos los carteles allí ubicados e incluso descubrimos los mojones que demarcan la línea imaginaria que separa el territorio Nacional respecto de nuestra vecina Bolivia.






Juan se vió tentado en querer seguir un poco más pero con Chugo le dijimos que realmente no era conveniente internarse en territorio Boliviano ya teníamos el dato de la existencia de patrullas de frontera y que pasar sin el "debido permiso" nos conduciría a un problema. No bien terminamos de decir esto pasa una de ellas, quien saluda con su bocina y continúa camino a Cíénega. Sin dudas no estaba patrullando la zona pero valió la pena la advertencia.
Una vez más cumplimos con creces con uno de nuestros objetivos de viaje y conocimos un lugar verdaderemente maravilloso que esperemos algún día pueda convertirse en un Paso Internacional que traiga progreso y desarrollo para la zona y, fundamentalmente, todos sus habitantes.
A la vuelta tomamos algunas fotos en el Abra previo a la frontera y luego nos dirigimos a Ciénega.
Al llegar a Ciénega Juan y yo somos interceptados por una señora que nos decía que necesitaba alcanzar el coche...
- "el coche, el coche, el coche", decía insistentemente.
Juan le pregunta:
-¿pero qué coche?
- "El coche, el coche, que va delante".
Suponíamos que se trataba de Chugo y Deborah - ya que no había ningún otro coche delante nuestro que el de ellos - razón por la cual no entendíamos porque pedía alcanzarlo.
- "Necesito alcanzar el coche".
Insistencia va insistencia viene, sin entender demasiado a que se referían, se les acerca otra señora más que a los gritos las aparta a las corridas de nuestro lado y se suben a la moto de un muchacho.
¿Habría pasado un accidente?, ¿necesitarían auxilio?, en ese momento no lo sabíamos. Lo cierto es que más tarde entenderíamos, al llegar a San Juan de Oro, que el "coche" que tenían que alcanzar era el micro de Andes Norte.
Luego de esta anécdota que nos tuvo como protagonistas a Juan y a mi en Ciénega, seguimos camino tomando la nueva traza de la mítica Ruta Nacional 40 hasta San Juan de Oro en donde nos esperaba este pueblo casi fantasma perdido en medio de la soledad de la Puna. Pero esta ya es parte de otra nueva historia...será hasta la próxima.!!!

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Por la mítica 40 hasta Ciénega.

En la entrada anterior les cuento de nuestro camino por la Ruta Nacional 40 hasta el pueblo de Paicone y de lo hermoso que fue estar allí para todos los integrantes de la Transpuna 2009
Una vez que hemos dejado a Paicone atrás continuamos por la mítica Ruta 40 con rumbo hacia Ciénega. Un pueblo ubicado a escasos 8 Km. de este.


Según la guía sobre la Ruta Nacional 40 de La Nación que terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2006, la Ruta Nacional 40 termina en Ciénega, a la que describe como un pueblo progresista que posee un hogar escuela, una amplia y fecunda huerta comunal y una turbina de agua generadora de energía electrica. Más allá de los debates que pueden encender sobre si termina allí o no, lo cierto es que la traza definitiva de la Ruta Nacional 40 presenta todavía un recorrido errático y muy cambiante a tal punto que Chugo mismo pudo verificar que más al norte la carretera longitudinal más larga de la Argentina ha cambiado su recorrido de un año para el otro.
Podemos decir que nada es definitivo, pero hoy por hoy me quedo con la idea de que la ruta termina en esta localidad. De hecho la mencionada guía plantea un apartado dentro de su último capítulo cuyo título es "El día que la Ruta 40 se prolongue".
Salimos de Paicone a las 12.45 horas luego de haber comido bajo la fresca sombra de los árboles que teníamos frente a la iglesia del pueblo.
Una última vista de Paicone nos invita a no dejar tan fácilmente a este maravilloso lugar.

Continuamos por la 40 y a los pocos minutos nos encontramos con un primer cartel indicador.


El camino continúa entre coloridos cerros y un paisaje absolutamente solitario. A los 10 minutos de andar por la Ruta Nacional 40 nos encontramos con un nuevo cartel que indica la proximidad de la localidad de Ciénega.

A los conductores les pedimos que en este tramo tengan mucha precaución ya que van a notar una bifurcación a mano izquierda y un camino que sigue derecho. SE DEBE TOMAR LA BIFURCACION A MANO IZQUIERDA, ya que si se sigue derecho se van a topar con un alambrado que corta el camino. A veces el muy buen estado de la ruta puede hacer "entusiasmar" al conductor, toparse con un alambrado y producir un accidente. Esta recomendación es válida principalmente para quienes van en moto ya que toparse con un alambrado que corta el camino a una velocidad de 50 Km/h puede significar una fatalidad.
En las imágenes que están a continuación se puede notar con más detalle la bifurcación (antes y después del alambrado).


Vista de la Ruta a Ciénega una vez sorteado el alambrado. (Foto gentileza de Chugo).

La Ruta Nacional 40 tuerce a mano derecha en su encuentro con la localidad semidespoblada de San Juan de Oro. Nosotros seguimos por el acceso a La Ciénega que es parte del mítico camino.
Nuestro paso tranquilo por estos lares nos tomó unos quince minutos hasta llegar al pueblo. A lo lejos se puede divisar el cartel de bienvenida, abajo el pueblito.



Cruzamos el lecho semiseco de un río y allí estábamos en Ciénega. Eran la 13.20 horas.

El tractor llega a Ciénega (Foto gentileza de Chugo).

El aspecto del pueblo coincide con lo descripto por la guía de La Nación sobre la Ruta Nacional 40. Un pueblo de muy reciente vida y que ha progresado muchísimo en estos últimos años.

Niños de Ciénega (Foto gentileza de Chugo).


Paseamos por unos instantes por el pueblo disfrutando del mismo.
Al final del camino se encuentran un grupo de casas y el local de una iglesia evangélica que dice haber sido fundada en el año 1980. Este dato es de fundamental importancia ya que nos da en parte una pauta de la existencia y antigüedad del pueblo.
En la búsqueda de información  me encuentro con un señor que vive en las casas que se encuentran al final del camino y le pregunto acerca del estado del camino hacia el paso fronterizo Ciénaga - Río Mojón.
En la puerta de su casa se puede leer una antigua pintada partidaria de las elecciones del 83 que me llama la atención y dialogando con él me cuenta sus andanzas militantes de áquel tiempo. También me cuenta un poco sus vivencias en este distante punto de nuestro país.
Chugo, Deborah y Juan esperan espectantes cerca de los autos mientras yo dialogo con esta persona por espacio de cinco minutos.
A mi vuelta les comento que el camino estaba en perfectas condiciones y que podíamos seguir hasta el límite con Bolivia.
Agradecemos la información, hicimos algunas preguntas adicionales y seguimos nuestro camino hasta el Paso fronterizo, distante, según nuestra hoja de ruta que preparó Chugo con suma profesionalidad, 4,6 Km. del pueblo.
En la próxima entrada viajaremos hasta el Paso Fronterizo Ciénega - Río Mojón o Hito II - 13.

Será hasta la próxima y felices fiestas para todos!!!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Paicone, un sueño cumplido.

Los V4 nos hemos levantado todos temprano como para desayunar, nos espera un gran día!!!.
El mapa satelital nos muestra el camino que vamos a hacer el día de hoy. En esta entrada tan sólo voy a contar la primer parte del camino marcada en color azul oscuro .


Eran las 6.30 horas cuando me levanté y al poco tiempo la veo a la flaca y a Juan haciendo lo mismo. Unos minutos después Chugo hace lo mismo con lo cual a las 7.00 ya estábamos todos listos.
Antes de desayunar me fui un poco de paseo por el pueblo. Eran las 7.30, la paz, la quietud, eran realmente conmovedoras.


A las 7.45 estaba servido el desayuno y tomamos unos buenos mates cocidos con pan casero. Sirvieron primero a los niños que iban llegando y luego nosotros fuimos invitados a que también desayunáramos. Una enorme pava de mate cocido nos esperaba allí con panecillos caseros.

Desayunando en la Escuela Nº 127. (Foto gentileza de Chugo).

Luego del desayuno fuimos participes de la llegada de los niños a la escuela, de la formación de estos para el izamiento de nuestra bandera y juntos cantamos el Aurora. Debo confesar que cuando llegó la parte que dice "es la bandera de la Patria mía" se me anudó la garganta. Nunca tan lejos, en un punto tan distante de nuestra Nación había cantado el Aurora.

 
Presentación de los V4 ante los niños de la Escuela de Cusi Cusi (Foto gentileza de Chugo).

Por otra parte Chugo y Deborah participaron de una interesante y hermosa experiencia que querían transmitir a los niños de Cusi Cusi de hacer un  intercambio entre los alumnos de esta y la escuela en donde concurrre Rubina, su hija menor, en Olavarría. Cuando estaban en plena explicación y sin darse cuenta se quedó sin baterías la cámara y dejó de filmar tan lindo evento.
Acto seguido fuimos hacia los autos y a buscar los bidones de nafta y empezamos a revisar el aceite, las tuercas de las ruedas, si estas necesitaban aire, las bujías del R12 y cargar nafta desde los bidones. Recuerdo también que en esa ocasión las puertas delantera derecha e izquierda trasera del tractor le costaban abrir de una manera increíble, así que le pedí a Chugo si tenía WD40 o Penetrit que eso las haria aflojar. Le echamos un poco y al rato quedaron como nuevas, ahora tenía que tener cuidado de no "hacerla giratoria a la puerta.
Mientras hacíamos todo esto como los niños no entraban todavía a clases, muchos de ellos nos observaban todo lo que estábamos haciendo.
A las 9.15 finalmente emprendimos nuestra salida hacia Paicone y ya a las 9.30 horas estábamos llegando a la salida de Cusi Cusi.



Nuestro primer paisaje impactante es sin dudas el Valle por donde corre el Río Granadas, también podemos ver a lo lejos el pueblo de Cusi Cusi desde lo alto del camino. Entre coloridos cerros, el Río Granadas es visible desde muy lejos gracias a que en sus costas toma una coloración blanquecina. Supongo que la misma sería el arrastre de sales que se acumulan en sus costas, no lo sé y no puede averiguarlo en su momento.


Siendo las 9.55 nos dispusimos a cruzar el Río Granadas, el cual se encontraba con una fina capa de hielo en varias partes de su curso debido al fuerte frío puneño de la noche. El implacable sol de la Puna se encargaría de derretirlo todo en pocos minutos, así es casi siempre desde tiempos inmemoriales.



Pasamos el río y una pequeña subida que nos permite ver el majestuoso paisaje que dejamos atrás y el no menos majestuoso que tenemos por delante. Abajo las llamas pastaban y tomaban agua junto al Río Granadas.


La policromía de los cerros impacta. Puedo decir muchas palabras lindas, puedo poner muchas otras fotos aquí en el blog pero nada lo va a poder hacer comparar a estar allí. Sin dudas, y sin desmerecer muchos otros lugares hermosos que visitamos, este es uno de los lugares que más me gustó de la Transpuna.


El Río Granadas no dejaba de acompañarnos y cada tanto una y otra vez nos obligaba a sortear su paso.
Disfrutamos tanto del paisaje que recién una hora después de haber cruzado el Río Granadas por primera vez es que llegamos al cartel que indica proximidad de Paicone y entre las 11.05 y las 11.10 llegamos al segundo cartel que indica que Paicone está a tan sólo 1 Km., pero en honor a la verdad podemos decir que ya habíamos llegado ya que el pueblo podía divisarse sin problemas desde mucho antes.
Fue tan emotivo llegar al lugar que no queríamos llegar nunca ya que nos deteníamos a cada instante en que sentíamos la necesidad de dejar retratado un paisaje.



Chugo pegó el mejor salto de toda la travesía allí. Un salto que derrocha alegría  y emoción por todos lados donde uno lo pueda ver ya que para él personalmente era un sueño cumplido. Antes se le había negado dos veces la llegada a Paicone. La tercera era la vencida.

Luego de sacar esta hermosa foto, Deborah eligió bajarse del auto y caminar frente a toda esa majestuosidad desparramada del paisaje. (Foto Gentileza de Chugo).

También fue en estas ocasiones que retrató diversos videos del silencio del lugar y los paisajes de Paicone dedicados a un amigo: Alberto Regazzoni.
Cruzamos el río una vez más y dejamos retratado en esta secuencia el paso del Renault 12.



Así fue que recién a las 11.25 llegamos formalmente a Paicone dejando estacionados los autos bajo la fresca sombra de los árboles que están frente a la iglesia.
Deborah quien iba a la vanguardia en el camino a Paicone se encontró con una pequeña de 4 años que se llama Celeste Nieves Flores quien lo primero que le fue a enseñar fue el lugar en donde estaban la cooperativa de tejedoras.



Mientras nos preguntábamos por donde andaría Deborah la vemos que baja con la pequeña Celeste quien nos llevó a pasear por todo Paicone.
Al encontrarnos con la flaca vemos que viene bajando e indicándonos en donde se encontraba la cooperativa de tejedoras de Paicone. Chugo llevaba un recado para una señora de apellido Flores que le había encargado Alberto Regazzoni para decirle a esta señora que el contacto que tenía que hacer con Buenos Aires lo debía hacer a través del Padre Olmedo de La Quiaca, reconocido luchador y defensor de las comunidades de la Puna y de su lucha contra la pobreza y exclusión de los mismos.
Subimos hasta el establecimiento y allí nos recibió Josefina Flores, la mamá de Celeste, y una señora cuyo nombre no recuerdo. En la entrada del establecimiento había dos telares en el centro y encima  de uno de ellos un animal embalsamado. Dentro del establecimiento había también una gran cantidad de lana de llama y de oveja recientemente esquilada. En una habitación contigua y mucho más pequeña estaba el salón de ventas en donde había artesanías en lana de llama y lana de oveja de todo tipo y para todos los gustos: medias, guantes, gorros, fajas, pasamontañas, bufandas, ponchos, chales, pulloveres chicos y también para grandes.
Mis primeros regalos fueron adquiridos allí en Paicone, sin dudas lindos recuerdos.


Chugo pregunta específicamente por la Sra. Flores y explica allí a las dos señoras que estaban allí el recado que le dejó Alberto Regazzoni para ella. Las señoras escuchaban atentas y luego de ello le dicen a Chugo que todos en Paicone se llamaban Flores. La duda que se presentaba entonces era si nos estábamos dirigiendo exactamente a la Sra. Flores que Alberto quería que hablásemos con ella ya que no contábamos con su nombre.
Duda va, duda viene todo quedó finalmente plasmado en un escrito que dejó en una especie de cuaderno que ellas tenían y en un videito que dedicó a Alberto.

Una vez que salimos del lugar bajamos nuevamente para pasar por la casa de Josefina quien nos enseñó su cocina solar, también nos contó que Paicone pronto tendrá alojamiento permanente para los turistas.  Uno de nuestros dialogos constantes fue el tema del turismo del cual nos ha contado que llega poco turismo  hasta el lugar y que muchos siguen de largo pero que últimamente ha aumentado la presencia de turistas.



Luego de ello también pasamos por la casa de un muchacho al que veríamos más tarde en el camino entre Misa Rumi y San Juan de Oro con una goma pinchada. Allí jugamos un poco con unos pequeños corderitos.


Luego de ello bajamos hacia donde dejamos estacionados los autos, comimos y salimos en dirección a Cienega. Estuvimos en Paicone por término de una hora cuarenta, una hora cincuenta minutos, sin dudas un lugar inolvidable.
Chau Paicone, los V4 te vamos a recordar por siempre y seguramente te volveremos a ver!!!