jueves, 17 de diciembre de 2009

Por la mítica 40 y un desvío no previsto en el camino.

Al llegar a Liviara eran las 14.05 horas y nos quedamos allí sólo por unos instantes tomando una linda cantidad de fotos para luego seguir por la mítica 40.
Aún nos quedaban 39 Km. para llegar a Cusi Cusi pero antes también nos íbamos a desviar un poco del camino.
Nuestro primer temor sobre la 40 estaba a unos pocos metros de Liviara y era el cruce del Río Orosmayo.

El 12 se prepara para el cruce del Río Orosmayo.

Al llegar allí - a las 14:30 horas - vimos que tal temor era infundado ya que el Río Orosmayo era tan sólo un simple charco.


Deborah y yo nos bajamos y vimos que en esos escasos centímetros de agua se desarrollaban cientos de renacuajos, luego de ello yo me quedé del mismo lado del río en que se encontraban los autos y Deborah cruzó a los saltitos por las piedras que sobresalían al costado de la ruta en el cauce del río. De esa forma yo hice tomas del cruce desde el lado de atrás y Deborah hizo lo mismo pero con los autos viniendo hacia ella.


Una vez que cruzamos el Orosmayo seguimos por la 40 en subida hacia el Abra de Laguna. Encaramos la cuesta en forma muy rápida y 8 minutos más tarde estábamos tomando fotos del Río Orosmayo desde arriba de todo mostrando el amplio valle por donde corre este.


Pronto el camino gana en belleza y aparecen ante nuestra vista rocas que parecen desafiar la ley de la gravedad y formaciones montañosas en color verde y ocre. Los ojos míos y de Juan se deslumbraban frente a cada recodo de este tramo de la ruta a tal punto que nos distanciamos en más de 1500 metros respecto de Chugo.


Deborah en la Iglesia de Abra Laguna.

Axel en Abra Laguna.


Al llegar a Abra Laguna, Chugo y Deborah nos esperaban. Las imágenes hablan por si solas, el paisaje es magnífico.

La imagen de una auténtica catedral de piedra nos impactó sin lugar a dudas a los 4 viajeros (Foto gentileza de Chugo).

El camino continúa hasta el pequeño pueblo de Santa Ana en el que estuvimos sólo unos instantes para tomar algunas fotos y luego seguir viaje. Lo mejor sin dudas estaba en el camino y en el paisaje y no tanto en el pueblo quien parecía absolutamente inhabitado.
A las 15: 15 horas llegamos a un punto de la Ruta 40 en la que se empalma con la Ruta Provincial 85 y que nos lleva a Lagunillas del Farallón.
Debo decir que a todos nos hubiera gustado visitar Lagunillas del Farallón pero debimos conformarnos con llegar a Loma Blanca. Pese a ello, ninguna de las dos estaban dentro de nuestros objetivos de viaje así que podemos decir que nos sentimos más que satisfechos con haber llegado a Loma Blanca.
Al llegar a Loma Blanca -15:30 horas - nos detuvimos a tomar algunas fotos de la iglesia, las casitas, la cancha de fútbol y el pueblo en general y nos encontramos con un grupito de niños del cual una de ellas era sobrina del Sr. Burgos. Pequeño mundo este, apenas supimos del parentesco que ella tenía con él entramos en confianza y charlamos.
Pronto se nos acercó un grupo de personas mayores a ver quienes eran estos forasteros locos que se atrevieron a llegar con dos autos convencionales a esas latitudes. Allí aprovechamos para saber como era el camino a Lagunillas del Farallón, además de charlar sobre otros temas relacionados al pueblo, la vida en él, el estado de los caminos, etc.

Iglesia de Loma Blanca.

Fotos de Loma Blanca (Gentileza de Chugo).

Creo que allí consciente e inconscientemente a la vez todos y cada uno de nosotros desistimos de ir a Lagunillas ya que el camino no se presentaba apto para nuestros autos y el objetivo principal, que era llegar a Cusi Cusi, quedaba todavia a varios kilómetros y un sin fin de paisajes maravillosos en donde nos detendríamos.
Tras haber abandonado el pueblo de Loma Blanca, volvimos sobre nuestros pasos por la Ruta Provincial 85 hasta el empalme con la Ruta Nacional 40. Allí el paisaje conmovedor y la soledad estremecedora de la Puna me movió a retratar a Chugo y a Deborah en esta foto.


Volvemos a la Ruta Nacional 40 para llegar a Tiomayo a las 16:30 horas. El rojo de las montañas entremezclado con el ocre y el verde anticipan el maravilloso marco del Valle de la Luna Jujeño.
Notamos que antes de arribar a Cusi Cusi había varios caseríos.
Uno de ellos era Tíomayo, ¿pero cúal era de todos ellos?. Esta duda recién nos fue resuelta a la vuelta cuando supimos que los tres caseríos que hay en la Ruta Nacional 40 antes de llegar a Cusi Cusi formaban parte de lo que dan a llamar como el pueblo de Tíomayo.

Fotos de Tíomayo.

El paisaje es francamente soberbio. Una pincelada de colores mágica que invita a soñar y retenerlos con todos los sentidos una y otra vez cada vez que afloran los recuerdos de tan maravilloso paisaje.
El Valle de la Luna Jujeño o como a mi me gusta decir ya que le sienta mejor por su coloración, el Valle de Marte, es sin dudas y sin exageraciones uno de los atractivos más hermosos que tiene la Puna Jujeña y la Provincia de Jujuy toda.


Al llegar a uno de los puntos Chugo nos dice "bueno chicos talvez esta vista no es la mejor y no les guste demasiado"... (¿?). El sabía lo que decia ya que lo ha visitado en varias ocasiones pero para mí y para Juan era todo una novedad y realmente no entendía semejante afirmación ya que me parecía maravilloso.
Eran las 16.45 horas y el viento empezaba a levantarse de una forma muy fuerte. Poco nos importó a los cuatro quienes nos quedamos por varios minutos en ese punto tomando fotos.
Continuamos bordeando el valle hasta su punto panorámico y allí estuvimos por más de media hora tomando fotos. Juan y Deborah se destacaron por sus subidas a lo más alto y allí tomar fotos hacia todos los ángulos.
Chugo y yo en el Valle de la Luna Jujeño (Foto gentileza de Juan).


Eran las 17.40 cuando nos dispusimos a cruzar otro de los "temibles" ríos de la Puna: el Granadas.


Para suerte nuestra el tan temible río no se encontraba con casi nada de agua y su paso fue con algo de precaución por la gran cantidad de piedras de su lecho.


Diez minutos más tarde estábamos alcanzando la entrada al pueblo de Cusi Cusi. Lentamente, casi en sigilo, entramos al pueblo de Cusi Cusi directo a la Escuela Nº 127.
Habíamos llegado a Cusi Cusi sin alojamiento. Teníamos el dato del alojamiento y sabíamos que allí estaban parando un grupo de agrimensores que estaban trabajando en la traza de la Ruta Nacional 40 y haciendo estudios del terreno, razón por la cual era nuestra intensión encontrar estas personas y charlar con ellas.
Al llegar a la Escuela todavía quedaban algunos niños que se estaban retirando y otros que alli duermen. Nos recibe su director, Mácximo Gáspar, quien nos sirve la merienda y enterarse que no contábamos con alojamiento nos invita a que nos quedemos en la escuela albergue.



Fotos en la Escuela Nº 127 y entrega de las donaciones aportadas por Chugo, Deborah y Juan (Foto gentileza de Chugo).

Chugo y Deborah por su parte llevaron donaciones de libros y útiles escolares que juntaron a instancias de ellos con los compañeritos de Rubina, su hija menor.
Juan también llevó por su parte donación de útiles escolares y caramelos a los niños también.
En la recepción de las donaciones participaron los maestros y niños que allí se quedan en el establecimiento escolar.
Ya para ese entonces Mácximo se disculpó con nosotros ya que tenía que ir hasta La Quiaca. El camino que le esperaba lo iba a sorprender a la noche y es realmente un largo camino.
Las últimas pinceladas de sol me invitó a que paseara un rato por la plaza del pueblo. Frente a ella se encuentra la iglesia y, un poco más allá, la cabina de teléfonos. A un costado de la cabina pública un curisoso cartel de huellas mineras.
Pasé por la cabina pública e intenté llamar a casa pero fue infructuoso. Quería contarle a Roslie todo lo bello que había visto en el día, no pudo ser posible.




Luego de ello comimos en la escuela albergue junto a los maestros y los niños. Algunos de ellos eran conocidos por Chugo y Deborah en especial Fabiola, Rosario y María quienes se destacaban respecto del resto.


Ya siendo de noche los niños por un lado y las niñas por el otro nos retiramos a las habitaciones. Armamos nuestras camas y tras ver un poco las fotos que Chugo descargaba en la notebook y otro poco la programación de una  película que pasaba por TV sin pena y sin gloria,  nos retiramos a descansar.
Fue sin dudas un día muy largo cargado de paisajes, vivencias, colores, anécdotas y miles de recuerdos hermosos. Pero esto es tan sólo el principio. Recuerden que hasta aquí se cumplió el segundo día de travesía de los V4 juntos y el tercero mío con Chugo y Deborah.
No se piedran la próxima entrada en Locos x la Puna!!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!!que interesante su viaje, la verdad hay que animarse a hacer algo así pero vale la pena. Soy docente y trabajo en Lagunillas del Farallón. Lo mio es trabajo, no aventura como lo de uds pero sigo maravillandome cada vez que voy.Les queda además Laguna de Vilama, Y la de Polulos que es sorprendente.
Saludos!!!

Axel Kiberl dijo...

Hola!!!
Antes que nada, gracias por escribir.
Es cierto que nos queda pendiente Lagunillas del Farallón y Pululos, pero en honor a la verdad no iba a ser posible en los autos en que íbamos.
Es cierto lo nuestro fue una aventura, lo suyo más que trabajo es hacer Patria todos los días además de trabajo. Permítame felicitarlo.
Saludos.
Axel.

Anónimo dijo...

Hola muchas felicidades !!! mis papas son de alli y mis abuelito fundador de ese publito lagunillas del farallon es muy lindo y tiene paisajes ancestrales espero q puedan volver a esos lugares y de paso compartimos el viaje conozco un poco esos lugares muy buena sus aventuras..Si algun dia aprecen por aqui me contactan asi compartimos algo mi correo es llampa_90@hotmail.com

Anónimo dijo...

hola muy bueno su viaje hacia los lugares que poco conosco mi pareja es de loma blanca y tengo muchos amigos alli los felicito