viernes, 2 de octubre de 2009

Aventurarse.

A medida que en las últimas décadas se fue extendiendo la red de caminos asfaltados de la Nación, fueron también aumentando las estaciones de servicio, hosterías, moteles, puestos de abastecimientos y demás establecimientos ofreciendo al viajero la infraestructura necesaria para llegar sin inconvenientes a cualquier punto del país.
Mención obligada merece la RN40, que por su recorrido a lo largo del pedemonte Oriental de la Cordillera de los Andes es no solo la más espectacular (y la que alcanza la mayor altitud sobre el nivel del mar), sino también la ruta más larga de nuestro país: 4.690 kilómetros en su trazado primitivo (ahora parcialmente modificado en diversos tramos).
Es verdad que mucho se ha avanzado en materia vial en la Argentina en los últimos años, aunque todavía resta bastante por hacer como, por ejemplo, la precariedad y el abandono de los caminos que vienen denunciando los habitantes de la Puna Jujeña desde hace años sin ser escuchados.

Cuando se emprende una excursión turística o un viaje de negocios por cualquier rumbo del país a lo largo de las rutas pavimentadas, que atraviesan pampas, valles, quebradas, ríos y bañados o escalan audazmente las montañas, quien empuña el volante y extiende la mirada a los postes señaladores que, de tarde en tarde, jalonan los bordes del camino, o consulta las hojas de ruta, GPS, no siempre reconstruye con los ojos de la imaginación la epopeya de los tiempos pretéritos, cuando el desplazamiento de raudos jinetes o perezosas carretas se hacía a campo traviesa, por instinto de orientación, desafiando la permanente acechanza del indio.
Al frente de los ejércitos, a través de la selva, la montaña abrupta o la pampa infinita, el baqueano contribuyó a trazar las sendas de la patria. El arquetípico personaje, prototipo del gaucho trashumante, como su espíritu visionario y romántico, quien sin proponérselo y por vocación andariega, sin otra sabiduría que la empírica del ensamble cósmico y telúrico de la órbita de los astros, el vuelo de los pájaros, las cabalgatas del viento y de las nubes, la policromía del paisaje y el sabor de los yuyos, marchó a la vanguardia de los ejércitos y las caravanas labrantías, precursoras de pueblos.

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Dentro de pocos días partiré rumbo al noroeste argentino con mi esposa, Deborah, al encuentro de nuestro querido amigo Axel, y lamentando que su compañera Roslie no pueda estar con todos nosotros en esta ocasión (quedará para la próxima Roslie!). La "Transpuna 2009" nos espera! (ver entrada anterior).
Con los ojos llenos de sol y radiante el espíritu, seguramente volveremos respectivamente a nuestros hogares después de recorrer quebradas y valles, puna (por sobretodo), pueblos y ciudades, donde a cada paso encontraremos motivos capaces de acicatear nuestro natural entusiasmo por conocer todo lo relativo a su historia, geografía, flora, fauna, tradición o leyenda.
Personalmente debo reconocer que ignoro infinitamente más de lo que sé al respecto, y que, no obstante el raudo pasar o breve permanencia en cada lugar a lo largo del itinerario, mis preguntas serán satisfechas por toda esa apacible gente, voluntariosa, atenta y vivaz, dispuesta siempre a hacer más agradable, placentera y provechosa nuestra experiencia.

Saludos Cordiales
Chugo

1 comentario:

Axel Kiberl dijo...

Excelente relato...se viene un compañero de viaje muy inspirado en esos caminos solitarios!!!!
Ya falta menos...empieza la cuenta regresiva!!!